Minimi tenía una infección en la boca de la que salía un líquido infeccioso. Entonces llegó Karin y dijo: "Voy a rezar por ella". La gata desapareció durante varias horas. Por la noche, cuando estaba a punto de cerrar mi tienda, apareció sin infección ni inflamación. Es simplemente un milagro. Es imposible que un gato se recupere en tan poco tiempo sin algún tipo de tratamiento.