
Conocí a Tatiana y tuve una cama de cristal en 2019. Luego deambulé en entrevistas de trabajo. Y después de sólo unos 3-4 sesiones fui aprobado para un buen trabajo para mí.
Después de que mi deseo principal se hiciera realidad, dejé de ir, aunque tenía otra preocupación relacionada con la dependencia de la pareja. Tras muchos intentos por mi parte de influir en él sin éxito, en octubre de 2022 conseguí llevarlo, una sola vez, a la cristaloterapia.
Para gran sorpresa de todos, se marchó para recibir tratamiento. Pero cuando regresó no curado, me di cuenta de que el hombre no tenía claramente ningún deseo de luchar y que yo tenía que liberarme de alguna manera.
Desde octubre de 2022, acudo a terapia con más regularidad para poder coger fuerzas. En febrero de 2023, decidimos separarnos. Ahora tanto mi hijo como yo nos sentimos tranquilos.
En mi opinión, las sesiones de cristal ayudan a: hacer frente a los miedos, mostrar más coraje y certeza en lo que queremos con el corazón, la alegría, la paz, tanto con nosotros mismos y con los que nos rodean. bueno para todos manera.
Gracias de todo corazón.